Uno de los aspectos de las exportaciones e importaciones que más problemas causa es el de la clasificación arancelaria y el origen de la mercancía. Realizar esta clasificación de manera correcta es de suma importancia. No solo sirve para calcular los impuestos y tasas que deberá pagar el cliente, sino que además es vital para ver los requisitos de la importación o exportación.
¿Qué es la partida arancelaria?
Realizar la clasificación de la partida arancelaria de una mercancía es asignarle un código Taric. Este código está compuesto por diez dígitos que, como hemos mencionado, incluyen capítulos, partidas y subpartidas. El capítulo son los dos primeros dígitos, la partida los cuatro primeros y la subpartida los seis primeros.
A partir del séptimo, cada país puede establecer la numeración según sus necesidades de comercio. Por ello, antes de exportar, es necesario saber con claridad la posición del producto con la que entrará a cada mercado.
El código Taric fue creado para aplicar medidas de políticas comerciales distintas del Arancel Aduanero Común. También medidas de reducción arancelaria, como pueden ser los contingentes, las franquicias arancelarias, las suspensiones, etcétera, y los derechos antidumping y antisubvención, entre otros.
Como hemos mencionado, clasificar bien esta partida es muy importante. Además, hacerlo de forma incorrecta puede derivar en sanciones, liquidaciones complementarias de impuestos e incluso impedirse la importación. En este último caso, la mercancía podría ser devuelta a origen o destruida, suponiendo aún más costes.
La clasificación arancelaria se realiza según el tipo de producto que se quiera exportar y su origen.
¿Cómo se clasifica la partida arancelaria según el tipo de producto?
Por el tipo de producto, la clasificación se realiza siguiendo una serie de criterios:
1. Productos naturales. Si los productos son naturales, se clasifican en función del reino de la naturaleza (animal, vegetal o mineral) y el grado de elaboración (congelación, secado, etcétera).
2. Los demás productos. Estos productos se clasifican principalmente en dos grupos: cuando la mercancía tiene relevancia comercial y cuando no la tiene:
a) Cuando la mercancía tiene relevancia comercial, se clasifica según su composición (plástico, hierro, algodón, etc.) y según el grado de elaboración.
b) Cuando la mercancía no tiene relevancia comercial, se clasifica según su función, su uso o su destino.
3. Forma de presentación. Pueden ser desmontados, envasados al vacío, con accesorios, a granel, etcétera.
Esta clasificación puede parecer sencilla, pero en realidad requiere de unos conocimientos muy avanzados, por lo que normalmente se recomienda que sea un transitario o un agente aduanero quien la realice.
¿Cómo se establece el origen de la mercancía?
Determinar de forma correcta el origen de la mercancía es importante porque de él depende que se puedan aplicar aranceles reducidos, como en el caso del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG).
El caso más sencillo para determinar el origen de una mercancía es cuando el producto ha sido fabricado en su totalidad en un mismo país. Sin embargo, lo habitual es que en la elaboración de una mercancía se empleen piezas de varios países, o que incluso el proceso de fabricación se realice en varios países.
Para determinar en estos casos cuál es el origen de la mercancía se aplican una serie de reglas que impone la legislación de aduanas:
1. Productos enteramente obtenidos. En este caso, los productos han sido elaborados en su totalidad en un mismo país. La legislación aduanera contempla también varios casos específicos, como por ejemplo:
- En los minerales, el origen es el país en el que hayan sido extraídos.
- Con la caza y la pesca, el origen es el país en el que se hayan producido estas actividades.
- En el caso de los animales vivos, el origen es su país de nacimiento y crianza.
2. Transformación sustancial. Cuando la mercancía ha sufrido una transformación sustancial, hay una regla general para determinar el país de origen. Este puede ser el país donde se lleve a cabo la última transformación sustancial, o el país donde la mercancía haya sido suficientemente elaborada o transformada. ¿Cómo se puede saber si hay transformación sustancial o elaboración suficiente en un producto? Hay varios métodos para determinarlo:
- Fase del proceso productivo. En el sector textil y de confección es habitual que se asigne el origen si el producto ha sufrido determinadas transformaciones.
- Materias obtenidas enteramente. Es frecuente en los productos agrícolas base.
- Valor añadido. Un porcentaje mínimo de valor se añade en el país donde se realiza la elaboración.
- Cambio de partida arancelaria. Habitual también en los productos agrícolas, en este caso el producto ha sido elaborado en un país con varias materias que han sido importadas, y se clasifica en una partida diferente a la que correspondería a las materias.
3. Transformación insuficiente. Se trata de excepciones en las que las operaciones no suponen una transformación, por ser débiles. Algunos ejemplos son:
- Agrupar o separar bultos para facilitar el transporte.
- Embalar la mercancía.
- Ensamblado.
Al igual que antes, la aplicación de estas normas requiere de unos conocimientos muy avanzados, porque es una tarea muy compleja. Es recomendable que la realice siempre un agente aduanero o un transitario con los conocimientos necesarios para evitar errores, posibles sanciones y que la mercancía no pase la aduana.
El despacho de exportación de una mercancía es un proceso muy sensible que debe estar siempre en las manos más capaces para evitar errores. El retraso en el despacho puede causar un sobrecoste importante en la exportación, por lo que es de vital importancia que la clasificación de la partida arancelaria y el origen de la mercancía la haga un experto.
Lo más importante es siempre hacer que la mercancía llegue a su destino lo antes posible, y evitar sanciones o prohibiciones de exportación porque en este último caso, además de costar más dinero, se podría producir la destrucción de la mercancía.
Realizar una eficiente gestión aduanera es un servicio necesario para que todas las operaciones de comercio exterior se realicen siempre dentro de los plazos establecidos. Es importante trabajar con la seguridad que ofrecen los expertos en la materia, ya que se traducirá en un ahorro de tiempo y dinero.