Cada vez son más las personas que se preguntan acerca del precio que tienen que pagar por el transporte y si el mismo corresponde al coste total. Ante esto debemos decir que a efectos de precios cotizados para los fletes marítimos, la respuesta debería ser que sí. No obstante, la realidad lleva a una complejidad mayor en el sector de la logística, concretada en el transporte marítimo internacional, donde existen algunos incrementos que no se esperan respecto al precio y que pueden derivarse como consecuencia de diferentes situaciones ajenas a nuestra potestad.
¿Cómo tratar con los fletes marítimos y las inspecciones?
La mayoría de estas situaciones se tratan en los despachos de aduanas, y cuando un contenedor llega pueden darse tres situaciones: canal verde, naranja y rojo. El primero indica que todo está bien y el contenedor está listo para ser despachado; el segundo necesita una revisión de la documentación aportada antes de decidir si hay que inspeccionar el contenedor; y el tercero indica que la mercancía está retenida para una inspección.
Inspecciones de contenedor físicas y con escáner
Destacan dos tipos de inspección de contenedores, de las cuales se derivan costes bastante diferentes. La opción más simple es la de usar un escáner, donde no es necesario abrir el contenedor y por tanto el tiempo y coste de exploración es mucho menor. En estos casos se suele cobrar solo el coste del transporte del contenedor hasta el escáner y en algunos casos se abonan unos gastos de gestión.
No obstante, si se observa algo extraño se pasa directamente a la zona del puerto que se conoce como PIF (Puesto de Inspección Fronterizo), donde se procede a la inspección física para abrir el contenedor y sacar muestras con la misión de comprobar que la mercancía es exactamente aquella que ha sido declarada. Por tanto, la inspección física siempre implica más costes que la inspección que se lleva a cabo con escáner.
El coste de una inspección física
Cabe decir que este precio puede variar de forma considerable según sea la inspección y la complejidad de la misma. Por tanto, dependiendo de la mercancía el precio podría oscilar entre los 200 y los 800 euros. Por ello, no puede determinarse un precio concreto, pero sí existen unos precios orientativos dados por las aduanas para las distintas inspecciones físicas de los contenedores.
Por ejemplo, el posicionado con apertura de puertas tiene un precio que parte de los 240 euros; el posicionado de pasillo paletizado es similar al anterior y su precio comienza en 280 euros; el posicionado de pasillo no paletizado cuesta 340 euros como mínimo; el posicionado con vaciado completo paletizado parte de los 590 euros; y el posicionado con vaciado completo no paletizado tiene un precio de 800 euros.
Consecuencias de una inspección física
Hay que tener en cuenta que, después de producirse una inspección física, se derivan unos costes mayores, así como las complicaciones también aumentan. De esta manera, lo importante es estar preparado ante unas posibles consecuencias, sobre todo con aquellas relaciones con los costes, los retrasos y los daños en la mercancía.
- Aumento de los costes. Una inspección física puede trastocar el presupuesto de una campaña de importación o exportación, sobre todo si no contamos con dicha posibilidad cuando se calculan los márgenes en la compraventa internacional.
- Pérdida del buque y retrasos. Una inspección física nunca se lleva a cabo en el momento en el que la aduana decide que el contenedor sea inspeccionado, sino que las mismas tienen su tiempo, lo que indica que el buque no puede seguir con el recorrido establecido, derivándose en atrasos en el envío, tanto en las horas que se tarda hasta que la inspección se realice, durante la misma o esperando al veredicto de dicha inspección.
- Daños en la mercancía. Si la carga queda paralizada en el puerto durante mucho tiempo (más de lo previsto), puede que la misma se vea afectada por factores como la humedad o el calor, que pueden afectar al estado de la mercancía. Cabe decir que esto no es culpa de la persona que lo envía, pero sí recae la responsabilidad sobre la misma y, sobre todo, que la mercancía esté en buen estado. Por ello, es muy importante considerar todos los escenarios y tener en cuenta la posibilidad de una inspección para proteger la mercancía en todo momento.
¿Por qué es importante planificar los envío para minimizar las consecuencias de una inspección?
Las estadísticas apuntan que solo el 10 % de los contenedores son inspeccionados en todo el mundo, pero hay que contar con este porcentaje. Por ello, es importante hacer una planificación para minimizar las consecuencias en caso de que se produzca una inspección.
En definitiva, a la hora de llevar a cabo un envío es necesario contar con todos estos necesarios para poder reaccionar y que no salgamos del todo perjudicados.
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